Para educar
a un Schnauzer Miniatura
hay que tomar en cuenta, primero de todo, que no es igual que sus
primos, el Schnauzer Mediano ni el Gigante. El miniatura tiene muchas
semejanzas a los terrier, en su comportamiento, aunque no tiene los
mismos orígenes ni la misma función. Estamos ante un animal de
pequeño tamaño, proporciones cuadradas y una personalidad cariñosa
pero también testaruda, algo a tener en cuenta a la hora de
adiestrarlo.
El schnauzer miniatura nació en el siglo XIX con la intención de
crear una raza como su tocayo, el schnauzer mediano, pero de menor
tamaño. Para ello se cruzaron a los ejemplares más pequeños de los
que por aquel entonces se llamaba Pinscher de Pelo Duro (que es, en
esencia, el antiguo nombre del schnauzer) con otras razas pequeñas,
como el affenpinscher. De esta manera se originó esta nueva raza,
con la intención de ser un pequeño perro de guarda y un cazador de
roedores, como lo eran los más grandes. Por tanto, para educar a
un Schnauzer Miniatura debemos tener en cuenta la intencionalidad
de sus orígenes: dar caza a los molestos animalillos como ratas y
roedores, y alertar a los dueños de la cercanía de un intruso.
Por tanto, ahora sabemos que el Schnauzer es de naturaleza enérgica,
porque, como todo cazador, debía ser capaz de correr y brincar tras
sus presas. También sabemos que es un perro alerta que avisará de
cualquier ruido imprevisto. Son detalles a tener en cuenta a la hora
de educarlo, pues un perro con facilidad para echarse a ladrar y
saltar tendrá más dificultades para prestar atención a algo
concreto y aprender lo que queramos enseñarle. Por tanto debemos ser
pacientes. Aprenderá, por supuesto, siempre que actuemos como se
espera de un líder de manada: debemos ser seguros, serenos y firmes,
sin dejarnos enternecer por sus cabriolas ni tampoco permitamos que
nos venza con su testarudez.
Nunca cedamos ante un perro, y desde luego jamás ante un schnauzer
miniatura. Como pasa con muchas razas, en especial las más enérgicas
y alertas, tienden a aprovechar la debilidad para tomar el liderazgo,
y es algo que no podemos consentir. Oh, está bien si se sube al sofá
aunque le digamos que no y pida comida hasta que le demos un poco,
¿pero qué pasa cuando empiece a morder los muebles, destrozar las
zapatillas y atacar a las visitas? Debemos atajar cualquier actitud
agresiva empezando por evitar la dominancia. Nosotros somos los que
mandamos, y punto. Hay que hacérselo entender, y la única manera es
demostrándole a nuestro schnauzer miniatura que se hará lo que
nosotros digamos, ni más ni menos. Si no puede subirse al sofá,
impídeselo, bájalo, dile “no” con firmeza hasta que lo
entienda, y recompénsalo por no subir. Enséñale a obedecerte, que
sepa que eso es lo correcto y lo que le va a reportar bienestar.
Hazle hacer mucho ejercicio, también: un perro cansado es más dócil
que uno repleto de energía desbordante.
En resumen, sé firme y consecuente. Para educar a un schnauzer
miniatura jamás debes doblegarte, o lo tomará como una muestra
de debilidad. Sé el líder, sé el alfa, y tendrás el mejor perro
de todos.
Me gusto tu blog y tus ideas...Así trataré a mi cachorrito schnauzer...somos iguales de testarudos jajaja
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