Para educar a un labrador debemos tener en cuenta que se trata
de un perro hecho para ser dócil, con muchas ganas de complacer a su
dueño. Estamos ante un animal de naturaleza sumisa aunque vivaz, con
ansias de trabajar. Se adapta bien a cualquier ambiente, pero tiene
mucha energía, algo que hay que tomar en cuenta a la hora de
adiestrarlo.
Si queremos educar a un labrador debemos tener en cuenta su
origen, saber por qué nació y cuál era su función, la función
que con los años aún perdura en su instinto. En este caso estamos
ante un origen algo impreciso, pero lo más probable es que se
encuentre en Canadá, más concretamente en la ciudad de Saint John,
Newfoundland. Sus ancestros son el perro de agua de Saint John, una
mezcla de perros de trabajo, y el resultado se cruzó más adelante
con los ejemplares más pequeños de Terranova, con tal de conseguir
un perro no tan grande, pero igual de fuerte, leal y dócil. Es así
como nació el que ahora conocemos como Labrador, con su aspecto
elegante y esbelto, con el pelaje negro, crema o color chocolate. Más
adelante esta raza fue llevada a Gran Bretaña, y es por eso que en
algunos lugares pone que ese es su país de origen.
Así pues, nos encontramos ante un perro de trabajo. Como tal, era
necesario que tuviera una personalidad sumisa, una gran disposición
a la obediencia y por tanto facilidad para ser adiestrado. Tampoco
podía ser un perro que se cansara demasiado pronto, así que tiene
mucha energía que hay que consumir. El labrador es, por tanto, un
animal dócil y obediente que quiere ser dirigido en un trabajo. Eso
es lo que lo completa: trabajar. Necesita tareas que hacer. Puede ser
desde recogerte las zapatillas y traértelas hasta llevar una mochila
con una botella de agua y un bocadillo mientras vais de paseo. Lo
único que le importa es ser útil y que estés orgulloso de él.
Con esta información en nuestras manos, ¿cómo debemos adiestrar a
este hermoso animal? Bueno, primero de todo hay que saber que es una
de las razas más fáciles de educar, por el simple hecho de que
quiere ser entrenado, quiere obedecer y quiere complacerte. Hay que
seguir la pautas naturales de un perro alfa, por supuesto: hay que
ser firmes, decididos y consecuentes con nuestras órdenes. También
hay que dejar que haga mucho ejercicio, darle tareas, trabajos.
Además el labrador disfruta mucho del agua; si tienes una piscina,
por ejemplo, o puedes llevarlo a una playa para perros, hazlo: te lo
agradecerá inmensamente.
Si sigues mis consejos, educar a un labrador será pan comido.
Estamos ante un perro con muchas ganas de obedecer y trabajar, así
que será una tarea muy sencilla siempre y cuando te asegures de
permanecer firme en el adiestramiento.
la raza de mi perro... muchas gracias
ResponderEliminar¡Gracias a ti por seguir mi blog, Marcelo!
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