Educar a un Pinscher Miniatura puede ser realmente difícil. A pesar
de su reducido tamaño (a lo más pueden pesar seis kilos, midiendo, a lo sumo, ¡treintaidós
centímetros de altura!) tiene decididamente complejo de perro grande. Sólo
quiere correr, saltar, rastrear, perseguir lagartijas, cucarachas, ratones,
conejos, o cualquier clase de bicho que se le cruce. ¡Es un torbellino con
pelo! Su gran nerviosismo no da un segundo de paz a los dueños, pero eso sí: es
uno de los perros más leales, y de los que más se hacen querer.
Al contrario de lo que se cree,
el Pinscher Miniatura no tiene como ascendente al Doberman; puede que se
parezcan (excepto en su tamaño), pero de hecho los Doberman surgieron un siglo
más tarde. El pinscher miniatura empezó para ser un ratonero, como sucede con
muchos terrier (varias clases de terrier fueron algunos de sus ascendentes, de
ahí su personalidad frenética, lo que hace muy difícil de educar a un pinscher miniatura, igual que a sus antepasados). Daba
igual su homogeneidad, no había estándar concreto: sólo debía ser un buen
cazador de ratones y parásitos hogareños variados, de modo que se seleccionaban
a los más rápidos y mejores rastreadores, con una mayor disposición a la caza
de roedores y demás, siempre y cuando tuvieran el tamaño más pequeño posible.
Hasta 1895 no se implantó un estándar para el aspecto físico para este perro.
El pinscher miniatura es, por sus
genes, un animal de gran energía. Verdaderamente tener uno es como tener un
terremoto en casa, ¡y de los fuertes! Es un perro que jamás para quieto. Puede
vivir igualmente en un piso pequeño que en una granja con grandes terrenos,
pero hay que tenerlo muy vigilado: es extremadamente curioso, así que no se le
puede dejar suelto por ahí, ¡o se metería en problemas! Con su tamaño es fácil
que se meta en rincones inaccesibles, de manera que hay que enseñarle muy
deprisa a responder a la llamada de su dueño, o cuando se esconda será
imposible de encontrar.
Hay personas que creen que los
perros pequeños no necesitan educación. ¡Craso error! No quieres que tu
pinscher miniatura se haga sus necesidades en casa, ladre como loco, persiga
cualquier bicho, te ignore cuando lo llames o escape por la calle, ¿verdad?
Debes educarlo, y el mejor consejo que te puedo dar es que jamás, repito, JAMÁS
utilices la fuerza bruta con este chiquitín. A pesar de su tamaño no tolerará
un abuso, y fácilmente se volverá para morder. No, hay que premiar los buenos
comportamientos e ignorar los malos, o, a lo sumo, redirigir la atención del
perro. ¿Qué está royendo la pata del sofá? Bueno, dile “¡no!”, pásale un
juguete, y cuando lo muerda recompénsalo. ¡No hay mejor manera para el
adiestramiento canino!
Por supuesto que para educar a un pinscher miniatura puedes
encontrar dificultades. Este pequeño torbellino es difícil de manejar, pero si
lo adiestras adecuadamente, recompensándolo cuando se porte bien, tendrás el
perrito más fiel y adorable de todos.