Cómo educar a un Akita de manera correcta

El Akita es un perro actualmente conocido por la película “Siempre a tu Lado”, también conocida como “Hachiko”, que salió al cine en el 2009. No muchos saben que esta es un remake americano de otra (Hachiko Monogatari, año 1987) que cuenta la misma historia, y ésta, a su vez, es la película sobre un hecho real que trata sobre un perro que esperó el regreso de su dueño en la estación hasta el día de su muerte. Hay pocos perros tan fieles…y para educar a un akita hay que tener eso muy presente.

Estos perros son, como muchos sabrán, originarios de Japón. El nombre completo de la raza es Akita Inu, que viene a significar “perro akita”, aunque a veces también se les llama Akita-Ken. En sus orígenes era un perro usado para la cacería de animales grandes, tales como osos, y más adelante entrenado por los samuráis (antiguos guerreros japoneses; muchos habrán visto la película “el último Samurai”, ¿cierto?) como perro de defensa y ataque. En la actualidad es un monumento nacional japonés, y tener y educar a un akita se considera un privilegio, un honor y una muestra de nobleza. Son perros que se consideran un amuleto de buena suerte y de prosperidad en el futuro.

Ahora bien, ¿qué hay que saber sobre el akita? Para empezar ya conocemos su increíble sentido de la fidelidad: no hay más que ver el claro ejemplo de Hachiko, que durante nueve años fue a la estación todos los días a esperar a su dueño que jamás regresó. Aparte de eso estamos ante una raza regia y elegante a la par que fuerte, equilibrada y firme. Es un animal alerta, reservado, desconfiado con los desconocidos pero muy cariñoso con sus seres queridos. De hecho es un perro muy protector, perfecto para la guardia, y sólo ladra cuando presiente el peligro. Eso sí: aunque tolera cualquier cosa de los niños no es muy buen con otras mascotas, así que es conveniente sociabilizarlo adecuadamente con todo tipo de animales.

Pero el adiestramiento de un akita no es tan duro como nos hicieron creer con la película Siempre a tu Lado. El Akita es un perro que no tolera al dueño débil, ¡pero ninguno lo hace! Estos perros, como sucede con todos, son jerárquicos y si no tienen un líder firme, tomarán ese lugar. Si tu akita no acude a tu llamada y en definitiva no te obedece en absoluto no es porque sea cabezota y orgulloso…es porque no te considera un líder digno, así que no te seguirá. Para lograr su obediencia hay que cambiar nuestros actos: debemos ser firmes, poner unas bases que debemos conseguir que siga. Recompensa el comportamiento que te guste y nunca cedas. Si hay que ponerse testarudos, tú más que él, o te habrá ganado.

A pesar de lo maravillosos que son estos perros, de lo fácil que resulta educar a un akita, a pesar de su fidelidad, su lealtad y su sentido de la protección, hay algunos países, como por ejemplo España, donde se les considera peligrosos, nada menos. Desde aquí digo que no hay razas peligrosas…si no que hay dueños que, por ignorancia o adrede, hacen que lo parezcan.

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Marcos Mendoza