Para adiestrar a un Bóxer

A pesar de lo que se dice sobre estos perros, el bóxer no es un animal agresivo, no se lanza al ataque ante la mínima provocación; de hecho es uno de los perros más dóciles y leales que hay, con una personalidad muy tranquila y equilibrada, y una confianza ciega hacia su propietario. Es vigilante y algo desconfiado con los desconocidos, pero tolerante e inofensivo como un bebé con su familia. Adiestrar a un bóxer es, por tanto, una tarea muy sencilla.

Para entender y adiestrar a un bóxer hay que contemplar su origen. Se encuentra en Alemania, en la época feudal, cuando la raza nació para guardar los castillos de animales peligrosos como osos y jabalíes, e incluso a veces para espantar a los humanos que pretendían entrar a robar. A causa de sus capacidades como perro guardián en el siglo XIX e incluso a principios del XX el bóxer empezó a ser usado como perro de combate, aumentando su fuerza, su resistencia; así que se educaba a los perros para ser agresivos, lo que no implica que fueran agresivos en sí mismos.

El bóxer es por naturaleza un animal muy templado. Es alerta, por supuesto; su instinto lo lleva a observarlo todo con mucha atención, ver si hay enemigos a la vista y advertir entonces a su dueño. Es absolutamente leal, dispuesto a cualquier cosa por su propietario y por su familia; su gran instinto protector lo llevará a defender a su manada hasta las últimas consecuencias, sin importar su propia integridad física. Pero eso no significa ni mucho menos que sea agresivo; un desconocido tiene que provocarlo para recibir una respuesta violenta; un miembro de al familia no importa lo que haga, el bóxer jamás lo agredirá, ni siquiera a un niño que le tire de las orejas todo el tiempo.

Este animal, por tanto, necesita mano firme para ser educado, pero también gentileza y mucho amor.  Los modales bruscos lo volverán tímido, asustadizo, y podría volverlo en contra de su dueño. No, debemos ser firmes y consecuentes pero no violentos, eso jamás en un perro. Nunca demos nuestro brazo a torcer, porque si dejamos que se salga con la suya pensará que es el líder y siempre podrá hacer lo que quiera. Nuestra tarea es demostrarle que debe obedecer, que así es como conseguirá lo que quiere (comida y cariño son las motivaciones principales).

Por suerte estamos ante una raza muy obediente, muy leal y con muchas ganas de obedecer y complacer a su dueño, así que adiestrar a un bóxer es esencialmente sencillo, basta con que haga ejercicio, coma adecuadamente y de un pienso balanceado, y seamos pacientes y consecuentes. Sobre todo, nada de agresividad, ni siquiera un grito. ¡Los perros son muy sensibles!