Se dicen muchas cosas
sobre estos perros. A raíz de un origen tumultuoso como perro de combate se
considera que es un animal agresivo, peligroso, con el que hay que tener
especial cuidado y nunca se puede dejar cerca de niños ni, según algunas
personas, de nadie. Todo esto es falso. Esta es una raza como cualquier
otra, y con un adiestramiento adecuado podemos lograr al más tierno y dócil de
los perros. Así pues, ¿cómo educar a un
Bull Terrier?
Este perro fue el
resultado de una cruza entre perros ya extintos, como el old english bulldog o
el olg english White terrier, aunque también tiene rasgos de galgo e incluso de
dálmata; fue en el siglo XVIII, en Gran Bretaña, y de mano de James Hinks. Al
principio, es cierto, no iban a ser perros luchadores, pero en seguida fueron
más que obvias sus capacidades para el combate, y la educación del Bull Terrier fue enfocada a él. Por suerte en 1935 el
gobierno inglés prohibió estas prácticas y la raza volvió a su propósito
original: el de perro de compañía.
El Bull Terrier es un
perro muy valiente, leal, activo y apegado a su dueño. No soporta muy bien la
soledad, se vuelve ansioso y puede llegar a romper cosas; necesita compañía y
afecto, la atención de un dueño que lo haga sentir querido. Es cierto que
también son dominantes y necesitan mucha supervisión, por lo que no son muy
recomendables para familias primerizas. Si están bien sociabilizados pueden
llevarse bien con los niños, pero no toleran demasiados abusos infantiles, con
lo que hay que tener cuidado. Tampoco es recomendable que haya otro perro del
mismo sexo: el Bull Terrier se vuelve agresivo ante un rival, está en su
instinto.
El ejercicio es una
necesidad primaria para estos perros, que tienen muchísima energía que quemar.
También lo es una sociabilización temprana y completa, para que reaccione
adecuadamente ante todos los estímulos externos, como niños, gatos u otros
perros. Recuerda que es un animal preparado genéticamente para responder
agresivamente ante un posible enemigo. El adiestramiento del Bull Terrier no es tan sencillo como sucede con
otras razas, se distrae con mucha facilidad, y su gran cantidad de energía lo
hace difícil de manejar. Se necesita firmeza, paciencia, límites claros y sobre
todo recompensar el buen comportamiento, ignorando el malo para que el perro
vea qué es lo que le reporta algo bueno (comida, caricias, atención,…).
Educar a un Bull Terrier no es tan difícil
como parece. Es un perro muy dulce y leal. Por supuesto que tienes que ser
consecuente con tus actos, pero si logras ceñirte a un programa de educación y
le das mucho ejercicio y comida equilibrada, tendrás al perro mejor educado del
mundo.
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