Cómo Adiestrar correctamente a un Cocker Spaniel

Adiestrar correctamente a un Cocker Spaniel no es tarea fácil. Estamos ante un perro con una gran energía, que siempre se mueve mucho, y además es fácil que se distraiga rápidamente. Por no hablar de que con esa mirada lánguida, un temperamento alegre y unas adorables cabriolas, vamos a vernos tentados de mimarlo por todo, incluso cuando haga las cosas mal. Para educarlo hay que ser muy paciente…¡y tener una gran fuerza de voluntad!

Esta raza es una de las más antiguas y populares que hay en el mundo canino. Lo más seguro es que habitara la península ibérica cuando los cartagineses la invadieron, por allí a los años 500 antes de Cristo, nada menos. Fueron llevados a Gran Bretaña, e incluso a Irlanda, donde tienen abundantes notas literarias sobre esta hermosa raza. Para adiestrar a un Cocker Spaniel hay que tomar en cuenta lo siguiente: son perros cazadores. Gracias a su finísimo olfato estos perros pueden rastrear una presa por lugares difíciles, como profundos bosques e incluso pantanos.

Así pues, el Cocker Spaniel es, como cazador, un perro con gran energía y bastante tozudo. Está hecho para seguir a su presa incansablemente por los lugares más inaccesibles, ¡así que su cabezonería está fuera de toda duda! No es particularmente destructivo (pero siempre es bueno darle juguetes para que se entretenga y los muerda), aunque sí juguetón y muy activo. Es además un perro muy afectuoso; eso lo convierte en un compañero maravilloso, pero un pésimo perro guardián…¡recibiría los peligros con brincos de alegría y moviendo la cola! Eso sí: no tiene mucha paciencia con los niños, así que cuidado.

¿Y qué hay que hacer para adiestrar a estos perros? Muy fácil. El sistema de adiestramiento positivo es muy efectivo con los cocker spaniel. Se basa en la recompensa de los buenos comportamientos, mediante chucherías para perros, caricias o simples palabras agradables, para que sepa que eso está bien y le reporta algo bueno (comida, atención, cariño,…), mientras que el resto de comportamientos se ven abandonados al no recibir ningún tipo de recompensa.

Por supuesto que adiestrar a un cocker spaniel no es tan fácil. Hay cosas que no se pueden ignorar, como por ejemplo que haga sus necesidades sobre la cama donde tú duermes. Si lo atrapas haciendo algo que no puede ser permitido bajo ningún concepto, ve y dile “¡No!”, sin gritar, pero firmemente, y de inmediato dale la opción a hacerlo correctamente; siguiendo el mismo ejemplo, llévalo a la caja de arena, o al jardín, o a los periódicos que dispongas para sus necesidades, y cuando haga sus cosas recompénsalo profusamente. Entenderá la diferencia, y pronto tendrás al perro más bien educado de todos.

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Marcos Mendoza

Cómo educar a un Bull Terrier

Se dicen muchas cosas sobre estos perros. A raíz de un origen tumultuoso como perro de combate se considera que es un animal agresivo, peligroso, con el que hay que tener especial cuidado y nunca se puede dejar cerca de niños ni, según algunas personas, de nadie. Todo esto es falso. Esta es una raza como cualquier otra, y con un adiestramiento adecuado podemos lograr al más tierno y dócil de los perros. Así pues, ¿cómo educar a un Bull Terrier?

Este perro fue el resultado de una cruza entre perros ya extintos, como el old english bulldog o el olg english White terrier, aunque también tiene rasgos de galgo e incluso de dálmata; fue en el siglo XVIII, en Gran Bretaña, y de mano de James Hinks. Al principio, es cierto, no iban a ser perros luchadores, pero en seguida fueron más que obvias sus capacidades para el combate, y la educación del Bull Terrier fue enfocada a él. Por suerte en 1935 el gobierno inglés prohibió estas prácticas y la raza volvió a su propósito original: el de perro de compañía.

El Bull Terrier es un perro muy valiente, leal, activo y apegado a su dueño. No soporta muy bien la soledad, se vuelve ansioso y puede llegar a romper cosas; necesita compañía y afecto, la atención de un dueño que lo haga sentir querido. Es cierto que también son dominantes y necesitan mucha supervisión, por lo que no son muy recomendables para familias primerizas. Si están bien sociabilizados pueden llevarse bien con los niños, pero no toleran demasiados abusos infantiles, con lo que hay que tener cuidado. Tampoco es recomendable que haya otro perro del mismo sexo: el Bull Terrier se vuelve agresivo ante un rival, está en su instinto.

El ejercicio es una necesidad primaria para estos perros, que tienen muchísima energía que quemar. También lo es una sociabilización temprana y completa, para que reaccione adecuadamente ante todos los estímulos externos, como niños, gatos u otros perros. Recuerda que es un animal preparado genéticamente para responder agresivamente ante un posible enemigo. El adiestramiento del Bull Terrier no es tan sencillo como sucede con otras razas, se distrae con mucha facilidad, y su gran cantidad de energía lo hace difícil de manejar. Se necesita firmeza, paciencia, límites claros y sobre todo recompensar el buen comportamiento, ignorando el malo para que el perro vea qué es lo que le reporta algo bueno (comida, caricias, atención,…).

Educar a un Bull Terrier no es tan difícil como parece. Es un perro muy dulce y leal. Por supuesto que tienes que ser consecuente con tus actos, pero si logras ceñirte a un programa de educación y le das mucho ejercicio y comida equilibrada, tendrás al perro mejor educado del mundo.

Para adiestrar a un Bóxer

A pesar de lo que se dice sobre estos perros, el bóxer no es un animal agresivo, no se lanza al ataque ante la mínima provocación; de hecho es uno de los perros más dóciles y leales que hay, con una personalidad muy tranquila y equilibrada, y una confianza ciega hacia su propietario. Es vigilante y algo desconfiado con los desconocidos, pero tolerante e inofensivo como un bebé con su familia. Adiestrar a un bóxer es, por tanto, una tarea muy sencilla.

Para entender y adiestrar a un bóxer hay que contemplar su origen. Se encuentra en Alemania, en la época feudal, cuando la raza nació para guardar los castillos de animales peligrosos como osos y jabalíes, e incluso a veces para espantar a los humanos que pretendían entrar a robar. A causa de sus capacidades como perro guardián en el siglo XIX e incluso a principios del XX el bóxer empezó a ser usado como perro de combate, aumentando su fuerza, su resistencia; así que se educaba a los perros para ser agresivos, lo que no implica que fueran agresivos en sí mismos.

El bóxer es por naturaleza un animal muy templado. Es alerta, por supuesto; su instinto lo lleva a observarlo todo con mucha atención, ver si hay enemigos a la vista y advertir entonces a su dueño. Es absolutamente leal, dispuesto a cualquier cosa por su propietario y por su familia; su gran instinto protector lo llevará a defender a su manada hasta las últimas consecuencias, sin importar su propia integridad física. Pero eso no significa ni mucho menos que sea agresivo; un desconocido tiene que provocarlo para recibir una respuesta violenta; un miembro de al familia no importa lo que haga, el bóxer jamás lo agredirá, ni siquiera a un niño que le tire de las orejas todo el tiempo.

Este animal, por tanto, necesita mano firme para ser educado, pero también gentileza y mucho amor.  Los modales bruscos lo volverán tímido, asustadizo, y podría volverlo en contra de su dueño. No, debemos ser firmes y consecuentes pero no violentos, eso jamás en un perro. Nunca demos nuestro brazo a torcer, porque si dejamos que se salga con la suya pensará que es el líder y siempre podrá hacer lo que quiera. Nuestra tarea es demostrarle que debe obedecer, que así es como conseguirá lo que quiere (comida y cariño son las motivaciones principales).

Por suerte estamos ante una raza muy obediente, muy leal y con muchas ganas de obedecer y complacer a su dueño, así que adiestrar a un bóxer es esencialmente sencillo, basta con que haga ejercicio, coma adecuadamente y de un pienso balanceado, y seamos pacientes y consecuentes. Sobre todo, nada de agresividad, ni siquiera un grito. ¡Los perros son muy sensibles!