jueves, 19 de julio de 2012

Aprende cómo educar a un doberman



Educar a un Doberman puede llegar a ser complicado. Es un perro muy enérgico y bastante testarudo, además con mucha fuerza gracias a su tamaño y musculatura, pero por suerte también cuenta con una personalidad dócil y cariñosa. Hay quien piensa que estos perros son peligrosos por naturaleza, agresivos y violentos. ¡Nada más lejos de la verdad! A pesar de un aspecto más bien inquietante, el doberman es amigable y tierno, y en realidad con un corazón muy frágil. Sufre terriblemente la tiranía y los malos modos, así que hay que debemos ser muy dulces con estos perros.

El doberman encuentra su origen en Alemania de mano de Friederich Louis Doberman, que entre otras muchas cosas también era lo que ahora se llama perrero: tenía poder para hacerse con todos los perros callejeros que hubiere. Empezó la crianza escogiendo a los más mordedores y luego mezclándolos con un pastor negro con marcas rojas, iniciando en en 1870 el primer criadero propiamente dicho. En seguida el Doberman fue acogido para multitud de tareas: como vigilante y perro de alerta, como perro de protección, y también perro policía, e incluso para cazar alimañas como ratas u otros roedores del hogar. Al final para educar a un doberman debemos tener en cuenta su absoluta versatilidad.

Por naturaleza estamos ante un perro para todo, como quien dice. Es buen cazador, aunque no el mejor, útil como perro policía, como guardián, como perro de alerta y desde luego como un gran acompañante. Su personalidad dulce y cariñosa lo convierte en el amigo perfecto incluso para los niños, aunque hay que tener siempre la supervisión de un adulto: el doberman es un animal muy fuerte que puede hacer daño sin quererlo. Para adiestrarlo debemos tener muy claro qué queremos de él. ¿Deseamos un perro de compañía? ¿Un perro de alerta, un guardián que proteja la casa y la familia? ¿Quizá queremos entrenarlo para el cuerpo de policía? Estamos ante una raza tan versátil que es difícil dar unas directrices concretas sobre su educación, pero vamos a intentarlo.

A causa de  su personalidad afable con su familia debemos asegurarnos de tratarlo con mucho respeto y amor. Su corazón es muy frágil y vulnerable, así que tenemos que cuidarlo. Después las bases son las usuales. Debemos ser consecuentes en nuestras órdenes, tratarlo con firmeza pero no con violencia; nada de fuerza bruta. Recuerda que es desconfiado con los desconocidos, así que acostúmbralo a tratar con personas que no conozca, sobre todo de pequeño. Necesita una buena sociabilización. Una alimentación equilibrada y una buena dosis de ejercicio son ideales para el buen adiestramiento de un perro, aunque no lo parezca; si está cansado tendrá más facilidad para prestar atención, en especial el doberman, que es muy enérgico y a veces un pelín testarudo.

Si sigues estos consejos seguro que conseguirás educar a un doberman sin mayores dificultades. Recuerda que es muy sensible, y a la vez muy fuerte. Enséñale hasta dónde puede llegar en sus juegos para que nunca ocurra un accidente, pero jamás utilices la agresividad con él.

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