lunes, 13 de agosto de 2012

Para educar a un San Bernardo


Educar a un San Bernardo no es tan difícil como sucede con otras razas, pero lo cierto es que tampoco es el más sencillo de todos. En buena medida gracias a la película de Bethooven, en la que un adorable San Bernardo se gana el corazón de su renuente dueño, se da por sentado que estamos ante un animal que es todo ternura y picardía; bueno, estos perros son tiernos y juguetones, pero también son muchas otras cosas que no encajan con el perfil de la película. Ellos son regios, un poco dominantes, y muy guardianes.

El San Bernardo desciende del Mastín Tibetano, probablemente, con un poco de Terranova, y encuentra su origen en los montes suizos. En el siglo XVII esta raza ya era criada con una única intención: buscar a los viajeros extraviados en las nevadas. Gracias a su gran tamaño, su fortaleza física, increíble olfato y gran sentido de la responsabilidad, estos perros han salvado a lo largo de los años a miles de personas perdidas en las tormentas. Para educar a un San Bernardo debemos tener esto muy en cuenta, pues nos dice mucho sobre su personalidad guardiana y protectora.

Por su origen, sabemos que el San Bernardo es un perro de búsqueda y rescate. Su instinto lo lleva a buscar y ayudar a quien corre peligro. Es de naturaleza cautelosa, dominante y guardiana. A pesar de su tamaño y aspecto no es un perro peligroso, pero hay que controlar su dominancia, que no es poca, si queremos un hogar tranquilo y un perro dócil. Su gran peso y resistencia lo pueden volver indomable a veces, por eso es necesario un adiestramiento rígido y firme.

¿Y cuál es el mejor método para educar a un San Bernardo? Bueno, lo primero de todo es, como sucede con la mayoría de razas caninas, ser consecuente con nuestras órdenes. No podemos decirle hoy que no se suba al sofá si mañana se lo permitimos, lo entenderá como un signo de debilidad y se pondrá en el papel de líder. Debemos estar seguros de qué queremos enseñarle, y jamás doblegarnos. También es bueno que haga ejercicio, que desgaste la energía que tiene; recuerda que es un perro criado para correr largas distancias entre nieve y vendavales buscando a personas perdidas. Si muestra agresividad o siquiera un ápice de dominación hay que atajarla de inmediato. No hay que gritarle ni golpearle, ¡jamás! Recuerda que es un perro de guarda, sabe muy bien cómo defenderse, y de todos modos para el adiestramiento canino no hay nada tan efectivo como el cariño y las recompensas.

Con esta información educar a un San Bernardo será sencillo. Ten siempre en cuenta que las hembras son más pacientes que los machos, pero aún así no tolerarán cualquier perrería. Y acostúmbralo a aceptar a los desconocidos que vengan de visita para que no haya ningún disgusto; para eso, nada como una buena socialización.

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