viernes, 29 de junio de 2012

Educar a un Pinscher Miniatura, ¿una odisea?



Educar a un Pinscher Miniatura puede ser realmente difícil. A pesar de su reducido tamaño (a lo más pueden pesar seis kilos, midiendo, a lo sumo, ¡treintaidós centímetros de altura!) tiene decididamente complejo de perro grande. Sólo quiere correr, saltar, rastrear, perseguir lagartijas, cucarachas, ratones, conejos, o cualquier clase de bicho que se le cruce. ¡Es un torbellino con pelo! Su gran nerviosismo no da un segundo de paz a los dueños, pero eso sí: es uno de los perros más leales, y de los que más se hacen querer.

Al contrario de lo que se cree, el Pinscher Miniatura no tiene como ascendente al Doberman; puede que se parezcan (excepto en su tamaño), pero de hecho los Doberman surgieron un siglo más tarde. El pinscher miniatura empezó para ser un ratonero, como sucede con muchos terrier (varias clases de terrier fueron algunos de sus ascendentes, de ahí su personalidad frenética, lo que hace muy difícil de educar a un pinscher miniatura, igual que a sus antepasados). Daba igual su homogeneidad, no había estándar concreto: sólo debía ser un buen cazador de ratones y parásitos hogareños variados, de modo que se seleccionaban a los más rápidos y mejores rastreadores, con una mayor disposición a la caza de roedores y demás, siempre y cuando tuvieran el tamaño más pequeño posible. Hasta 1895 no se implantó un estándar para el aspecto físico para este perro.

El pinscher miniatura es, por sus genes, un animal de gran energía. Verdaderamente tener uno es como tener un terremoto en casa, ¡y de los fuertes! Es un perro que jamás para quieto. Puede vivir igualmente en un piso pequeño que en una granja con grandes terrenos, pero hay que tenerlo muy vigilado: es extremadamente curioso, así que no se le puede dejar suelto por ahí, ¡o se metería en problemas! Con su tamaño es fácil que se meta en rincones inaccesibles, de manera que hay que enseñarle muy deprisa a responder a la llamada de su dueño, o cuando se esconda será imposible de encontrar.

Hay personas que creen que los perros pequeños no necesitan educación. ¡Craso error! No quieres que tu pinscher miniatura se haga sus necesidades en casa, ladre como loco, persiga cualquier bicho, te ignore cuando lo llames o escape por la calle, ¿verdad? Debes educarlo, y el mejor consejo que te puedo dar es que jamás, repito, JAMÁS utilices la fuerza bruta con este chiquitín. A pesar de su tamaño no tolerará un abuso, y fácilmente se volverá para morder. No, hay que premiar los buenos comportamientos e ignorar los malos, o, a lo sumo, redirigir la atención del perro. ¿Qué está royendo la pata del sofá? Bueno, dile “¡no!”, pásale un juguete, y cuando lo muerda recompénsalo. ¡No hay mejor manera para el adiestramiento canino!

Por supuesto que para educar a un pinscher miniatura puedes encontrar dificultades. Este pequeño torbellino es difícil de manejar, pero si lo adiestras adecuadamente, recompensándolo cuando se porte bien, tendrás el perrito más fiel y adorable de todos.

jueves, 28 de junio de 2012

Consejos para educar a un Golden Retriever




Para educar a un Golden retriever primero hay que saber diferenciarlo del labrador. Son perros parecidos, ciertamente, tanto físicamente como en su comportamiento. El Golden disfruta del trabajo tanto como su primo labrador, es dócil y cariñoso, y también muy sociable. La mayor diferencia que hay entre un Golden (de pelaje dorado, al menos, pues hay otros muchos colores que se apartan más) y un labrador es que el primero tiene el pelo más largo y lanoso. Aparte de eso sus formas son fácilmente confundibles, así que hay que ir con cuidado.

Por suerte, las semejanzas entre ambas razas hacen que educar a un Golden retriever no sea muy diferente de educar a un labrador.  Se cree que el origen de esta raza, bastante nueva por cierto, se encuentra en Gran Bretaña. Se buscaba un perro con facilidad para rastrear y cobrar aves tanto en tierra como en el agua, lo que inició la cruza entre razas como el bloodhound, el spaniel de agua y el propio labrador retriever, consiguiendo así un animal muy bueno tanto en caza como en rastreo. Como en aquel momento el color no tenía mayor importancia, la selección para crianza se dedicó exclusivamente al olfato, rastreo, velocidad y docilidad. Es por eso que el pelaje del Golden retriever puede ir desde blanco a chocolate, pasando por una gran variedad de dorados.

En definitiva, estamos frente a un perro de trabajo. Al igual que el labrador, el Golden Retriever tiene una gran disposición a la obediencia, y desea ser adiestrado para complacer a su dueño. Es dócil y muy sociable, hasta el punto de que cuando ve un desconocido querrá ir a su lado y trabar una buena amistad. También instintivamente le gusta llevar cosas en la boca, así que durante el paseo es fácil que de pronto empiece a llevar una piedra o un palo. Eso sí, como todo perro fiel y leal a su dueño, si éste corre algún peligro se convertirá en un perro protector que no dudará en desatar toda la agresividad con tal de protegerlo.

Para adiestrar a este perro, un Golden retriever, lo tenemos muy fácil. Al igual que su primo el labrador quiere ser entrenado, quiere saber cómo complacerte. Tiene una gran facilidad para aprender comportamientos y trucos que con otras razas sería más complicado. Hay que seguir las normas generales de adiestramiento, como la firmeza, la consecuencia en nuestras órdenes, y también debemos mostrar una actitud segura y decidida, nada de medias tintas. Procura pasar mucho tiempo con él, porque el Golden es un animal muy cariñoso y con una gran necesidad de afecto y compañía, y asegúrate de que haga mucho ejercicio. Como perro cobrador tiene mucha energía que gastar en correr tras sus presas, de modo que enséñale a perseguir la pelota, buscar cosas, etc, para que se canse y no esté nervioso todo el día.

Sigue estos consejos y educar a tu Golden retriever será muy sencillo. No lo dejes solo mucho tiempo, que haga ejercicio, y lleva a cabo tus sesiones de adiestramiento, no más de quince minutos al día. Verás resultados muy rápido.

miércoles, 27 de junio de 2012

Cómo Educar a un Pomerania



 El Pomerania es un perrito de tamaño pequeño, de hecho es más que el Terrier, es lo que llamamos perro Toy, y contra todo pronóstico no es, como sucede en los animales de este tamaño, demasiado activo. No es como un terrier, que siempre ladra, salta, da vueltas y se mueve, pero puede ser adiestrado como perro de guardia. Además hay que tener en cuenta que a pesar de ese pequeño tamaño, no es un perro faldero...Así pues, ¿cómo hay que educar a un Pomerania?

Los antepasados más remotos de estos perros se encuentran en Islandia y Laponia, donde servían tirando de los trineos en la nieve. Por supuesto en aquel entonces era mucho más grande, pero ya demostraba una gran fuerza y lealtad hacia su dueño. Cuando aquellos perros fueron llevados a Alemania empezaron a ser llamados Wolfspitz (Perro Lobo de Spitz) y utilizados como ovejeros y guardianes, pero luego la alta nobleza se interesó en mantener la lealtad e independencia propias de estos perros y comenzó la cruza de los ejemplares más pequeños, lo que nos lleva a encontrarnos con el Pomerania actual, con no más de 3 kilos de peso. ¿Qué nos dice todo esto para educar a un Pomerania?

Estamos ante un animal que empezó siendo tirador de trineos y más tarde ovejero, lo que lo convierte en un animal muy inteligente, de naturaleza obediente y leal, pero no tan activo como parece por su tamaño. Son, por tanto, muy fáciles de adiestrar, si se hace desde el respeto. El Pomerania no aceptará el abuso de poder, así que hay que evitar a toda costa gritarle o golpearle. Es alerta y desconfía de los desconocidos, y a causa de su natural independencia no le gusta demasiado estar en brazos, algo que algunos dueños olvidan. Eso sí: le encanta que le acaricien el lomo y las orejas, su mayor debilidad.

Con esta información en nuestras manos podemso empezar a adiestrar a los Pomerania. Hay que saber que es una de las razas más fáciles de educar, junto con el Labrador, porque su naturaleza leal lo lleva a querer obedecer y complacer a su propietario. Hay que seguir la pautas naturales de un perro alfa, como con cualquier adiestramiento, siendo firmes, decididos y consecuentes con nuestras órdenes. Como no es un perro excepcionalmente activo, su necesidad de ejercicio es moderada, pero no dejes que entre en el sedentarismo o se convertirá en un torbellino de nervios.

Si sigues mis consejos, educar a un pomerania será pan comido. Estamos ante un perro con una gran disposición y mucha lealtad, así que será una tarea muy sencilla siempre y cuando te asegures de permanecer firme en el adiestramiento y jamás, repito, jamás intentar sobrepasarte en tus límites como alfa. No lo golpees ni le grites, o no te lo perdonará.

martes, 26 de junio de 2012

¿Problemas para educar a un Jack Russell?



 Encontrándonos ante un animal pequeño, ya deberíamos saber que se trata, a pesar de las apariencias, de una criatura con muchísima energía. De hecho para educar a un Jack Russell debemos tener en cuenta que es un animal muy frenético, verdaderamente inagotable. Como cualquier terrier, es un perro nervioso, enérgico, muy movido, así que no es muy apto para personas sedentarias ni primerizos en cuanto a mascotas caninas, ni tampoco se les da muy bien tratar con niños pequeños.

El Jack Russell se origina el Inglaterra, de mano del reverendo John Russell. Paradójicamente, tratándose de un hombre religioso, era un gran amante de la caza, y por ello se compró un terrier, perros a los que admiraba profundamente. Su pasión por estos perros lo llevó a la crianza, y comenzó a cruzar terriers de distintos tamaños y colores en la búsqueda no tanto de un físico concreto, si no de unas aptitudes cada vez mejores para la cacería. Este es el motivo por el que el Jack Russell no tienen un aspecto tan marcado como otras razas, como por ejemplo el Labrador. Pero el verdadero auge de esta raza empezó en Australia, algunos años después, cuando unos pocos miembros de los preciosos Jack Russell llegaron al país a modo de regalo. De hecho fue así como se estandarizó la raza, según los ejemplares australianos, y por eso se cree que este es su país de origen. En definitiva, ¿qué nos dice esto sobre la manera de educar a un Jack Russell?

Nos dice que son perros de caza. Eso implica muchas cosas. Como terrier y como cazadores, los Jack Russell tienen una cantidad desbordante de energía y ganas de correr, saltar, perseguir, rastrear,...Son perros incansables, como buena parte de sus primos terrier. Tienden a ladrar ante cualquier alarma por una cuestión de instinto: avisar de que su presa está cerca. También tienen facilidad para cavar hoyos indiscriminadamente, como intentando alcanzar a su presa (por norma general conejos o roedores, aunque también zorros) en su propia madriguera. Su capacidad para seguir moviéndose es verdaderamente agotadora. Para educarlo, ¡hay que tener la misma cantidad de energía!

Hay que ser muy paciente con el Jack Russell. Repito, muy paciente. Es un perro frenético que puede volvernos locos, pero debemos aprender a sobrellevarlo. Lo primero de todo es cansarlo, cansarlo muchísimo. Largos paseos, mucho ejercicio. Tírale la pelota, dale muchos juguetes para morder, juega abundantemente hasta que esté cansado, pero sin pasarse, no debe estar exhausto. Necesitas que haya quemado toda esa energía que desborda, y a la vez aún sea capaz de prestar atención a algo. A ti, más concretamente, y a las recompensas que vayas a darle por llevar a cabo las acciones que quieras enseñarle.

Es posible que te cueste encontrar el punto de cansancio necesario, pero no desistas. Educar a un Jack Russell puede ser difícil; no obstante, cuando se consigue es una maravilla de perro. ¿O acaso no conoces a Jesse, el magnífico Jack Russell que puede cerrar las puertas abiertas e incluso ponerte las zapatillas, entre otros graciosos trucos? Todo esto y mucho más puedes conseguir con tu perrito si sabes cómo educarlo correctamente.

lunes, 25 de junio de 2012

Consejos para Educar a un Labrador



Para educar a un labrador debemos tener en cuenta que se trata de un perro hecho para ser dócil, con muchas ganas de complacer a su dueño. Estamos ante un animal de naturaleza sumisa aunque vivaz, con ansias de trabajar. Se adapta bien a cualquier ambiente, pero tiene mucha energía, algo que hay que tomar en cuenta a la hora de adiestrarlo.

Si queremos educar a un labrador debemos tener en cuenta su origen, saber por qué nació y cuál era su función, la función que con los años aún perdura en su instinto. En este caso estamos ante un origen algo impreciso, pero lo más probable es que se encuentre en Canadá, más concretamente en la ciudad de Saint John, Newfoundland. Sus ancestros son el perro de agua de Saint John, una mezcla de perros de trabajo, y el resultado se cruzó más adelante con los ejemplares más pequeños de Terranova, con tal de conseguir un perro no tan grande, pero igual de fuerte, leal y dócil. Es así como nació el que ahora conocemos como Labrador, con su aspecto elegante y esbelto, con el pelaje negro, crema o color chocolate. Más adelante esta raza fue llevada a Gran Bretaña, y es por eso que en algunos lugares pone que ese es su país de origen.

Así pues, nos encontramos ante un perro de trabajo. Como tal, era necesario que tuviera una personalidad sumisa, una gran disposición a la obediencia y por tanto facilidad para ser adiestrado. Tampoco podía ser un perro que se cansara demasiado pronto, así que tiene mucha energía que hay que consumir. El labrador es, por tanto, un animal dócil y obediente que quiere ser dirigido en un trabajo. Eso es lo que lo completa: trabajar. Necesita tareas que hacer. Puede ser desde recogerte las zapatillas y traértelas hasta llevar una mochila con una botella de agua y un bocadillo mientras vais de paseo. Lo único que le importa es ser útil y que estés orgulloso de él.

Con esta información en nuestras manos, ¿cómo debemos adiestrar a este hermoso animal? Bueno, primero de todo hay que saber que es una de las razas más fáciles de educar, por el simple hecho de que quiere ser entrenado, quiere obedecer y quiere complacerte. Hay que seguir la pautas naturales de un perro alfa, por supuesto: hay que ser firmes, decididos y consecuentes con nuestras órdenes. También hay que dejar que haga mucho ejercicio, darle tareas, trabajos. Además el labrador disfruta mucho del agua; si tienes una piscina, por ejemplo, o puedes llevarlo a una playa para perros, hazlo: te lo agradecerá inmensamente.

Si sigues mis consejos, educar a un labrador será pan comido. Estamos ante un perro con muchas ganas de obedecer y trabajar, así que será una tarea muy sencilla siempre y cuando te asegures de permanecer firme en el adiestramiento.

viernes, 22 de junio de 2012

Consejos para educar a un Schnauzer Miniatura



Para educar a un Schnauzer Miniatura hay que tomar en cuenta, primero de todo, que no es igual que sus primos, el Schnauzer Mediano ni el Gigante. El miniatura tiene muchas semejanzas a los terrier, en su comportamiento, aunque no tiene los mismos orígenes ni la misma función. Estamos ante un animal de pequeño tamaño, proporciones cuadradas y una personalidad cariñosa pero también testaruda, algo a tener en cuenta a la hora de adiestrarlo.

El schnauzer miniatura nació en el siglo XIX con la intención de crear una raza como su tocayo, el schnauzer mediano, pero de menor tamaño. Para ello se cruzaron a los ejemplares más pequeños de los que por aquel entonces se llamaba Pinscher de Pelo Duro (que es, en esencia, el antiguo nombre del schnauzer) con otras razas pequeñas, como el affenpinscher. De esta manera se originó esta nueva raza, con la intención de ser un pequeño perro de guarda y un cazador de roedores, como lo eran los más grandes. Por tanto, para educar a un Schnauzer Miniatura debemos tener en cuenta la intencionalidad de sus orígenes: dar caza a los molestos animalillos como ratas y roedores, y alertar a los dueños de la cercanía de un intruso.

Por tanto, ahora sabemos que el Schnauzer es de naturaleza enérgica, porque, como todo cazador, debía ser capaz de correr y brincar tras sus presas. También sabemos que es un perro alerta que avisará de cualquier ruido imprevisto. Son detalles a tener en cuenta a la hora de educarlo, pues un perro con facilidad para echarse a ladrar y saltar tendrá más dificultades para prestar atención a algo concreto y aprender lo que queramos enseñarle. Por tanto debemos ser pacientes. Aprenderá, por supuesto, siempre que actuemos como se espera de un líder de manada: debemos ser seguros, serenos y firmes, sin dejarnos enternecer por sus cabriolas ni tampoco permitamos que nos venza con su testarudez.

Nunca cedamos ante un perro, y desde luego jamás ante un schnauzer miniatura. Como pasa con muchas razas, en especial las más enérgicas y alertas, tienden a aprovechar la debilidad para tomar el liderazgo, y es algo que no podemos consentir. Oh, está bien si se sube al sofá aunque le digamos que no y pida comida hasta que le demos un poco, ¿pero qué pasa cuando empiece a morder los muebles, destrozar las zapatillas y atacar a las visitas? Debemos atajar cualquier actitud agresiva empezando por evitar la dominancia. Nosotros somos los que mandamos, y punto. Hay que hacérselo entender, y la única manera es demostrándole a nuestro schnauzer miniatura que se hará lo que nosotros digamos, ni más ni menos. Si no puede subirse al sofá, impídeselo, bájalo, dile “no” con firmeza hasta que lo entienda, y recompénsalo por no subir. Enséñale a obedecerte, que sepa que eso es lo correcto y lo que le va a reportar bienestar. Hazle hacer mucho ejercicio, también: un perro cansado es más dócil que uno repleto de energía desbordante.

En resumen, sé firme y consecuente. Para educar a un schnauzer miniatura jamás debes doblegarte, o lo tomará como una muestra de debilidad. Sé el líder, sé el alfa, y tendrás el mejor perro de todos.

jueves, 21 de junio de 2012

¿Quieres saber cómo educar a un Yorkshire?



El Yorkshire es un perrito de tamaño pequeño (¡los hay que no llegan a pesar un kilo en su edad adulta!), pero muy explosivo y lleno de energía. Estamos ante un animal que siempre ladra, salta, da vueltas, se mueve, es como un pequeño y demoledor tornado. Además estamos ante una raza que está poco dispuesta a ser sumisa y obediente, ¡lo que dificulta mucho más su adiestramiento! Así pues, ¿cómo hay que educar a un Yorkshire?

El origen de estos perros se encuentra en Gran Bretaña, más concretamente en el condado de Yorkshire, del que la raza recibe su nombre. Para educar a un Yorkshire debemos saber que no empezó para ser, como sucede con la mayoría de terriers, un cazador. Así como la mayor parte de los perros pequeños (como aquellos de los que salió esta raza) tienen su origen en la necesidad de acabar con plagas como las ratas, el Yorkshire, por el contrario, nació con el único y exclusivo motivo de ser mimado. ¡Así es! Esta raza empezó a formarse ante la búsqueda de un perro con glamour, clase y cierto carácter que las damas de la alta sociedad pudieran lucir.

Estamos ante un animal que existe únicamente para ser caprichoso y adorable. Con su pequeño tamaño y sus maneras excitables se convierte en el perro al que todo el mundo quiere mimar. ¡Pero cuidado! No podemos excedernos. No hay peor error para educar a un perro que darle todos los caprichos que nos podamos imaginar. Tiene que ganárselo...y ser irresistiblemente adorable no es suficiente. Aunque resulte difícil negarle nada a esa carita encantadora y a esas cabriolas que hace, hay que pensar que es por su bien.

Un yorkshire es de naturaleza inquieta, muy excitable y con una gran cantidad de energía. Debemos tener en cuenta eso a la hora de educarle: significa que a causa de una personalidad caprichosa y en ocasiones incluso dominante, nos vemos en la necesidad de ser muy estrictos con él, más de lo que seríamos con un perro más dócil. El yorkshire no consentirá que se le golpee ni se le grite, sólo aceptará un dueño firme, muy seguro de sí mismo y que jamás dé su brazo a torcer. Verás, si decides que tu yorkie no sube al sofá, no se lo debes permitir jamás. Simplemente, si encuentra una debilidad la aprovechará para convertirse en el amo de la casa, y debes recordar en todo momento que tú eres quien manda. De lo contrario será un desastre de perro.

En resumen, ¿qué debes hacer? Educar a un yorkshire no es tan diferente de educar a un collie, a un pastor alemán o a un bulldog. Sólo debes asegurarte de ser muy firme y seguro, y sobre todo: consecuente. Cuando es así, es así todos los días, a todas horas. No dejes que su aspecto adorable te haga decir “bueno, sólo por esta vez sube al sofá”. Mímalo, pero no en exceso, y desde luego no cuando te lo pida: sólo cuando lo merezca. Así es como conseguirás un yorkshire equilibrado y perfectamente educado.

lunes, 18 de junio de 2012

Cómo Educar a un Beagle



Si estás leyendo este artículo debe ser porque tienes uno de estos maravillosos perros, y quieres saber cómo educar a un beagle correctamente. Bueno, hay muchas cosas que debes saber para darle un adiestramiento adecuado, cosas sobre las características físicas del perro, o cómo son los beagle en personalidad, e incluso es posible que su historia te ayude a entender cómo funciona para lograr educarlo mejor.

Si empezamos con la historia, sabemos que esta raza tiene al menos 2000 años de antigüedad (de hecho, hay pruebas de que había perros muy similares a los beagle en la antigua Grecia), pero su cría estandarizada no empezó hasta alrededor de 1800 en Gran Bretaña. Al principio había distintas “clases” de beagle, que diferenciaban entre los ejemplares “del sur” y los “del norte”, que tenían características distintas. No obstante, cuando esta raza llegó a manos de la nobleza, comenzaron a hacerse mezclas en la búsqueda de la pureza y la utilidad para la caza. De esa continua selección nació la raza que ahora conocemos, especializada en al persecución de animales pequeños, como conejos y liebres. Pero, ¿de qué nos sirve toda esta información para saber cómo educar a un beagle?

Verás, la historia de una raza nos explica cómo es en la actualidad. Sabemos que el beagle fue desarrollado con motivos cazadores. Está hecho para rastrear una presa de forma incansable en medio de árboles y matorrales, con lo que sabemos que su olfato será increíblemente preciso. También interesa que pueda correr tras la presa en cuestión, o incluso junto a un caballo al galope (los nobles de 1800 cazaban a caballo). Todo esto significa que tenemos un perro que no sólo posee unos sentidos muy agudos, si no también una gran cantidad de energía, lo que a veces el ser humano confunde con estrés, nerviosismo e incluso “maldad”.

Con toda esta información en regla voy a decirte ahora cómo debes hacerlo para educar a tu beagle. En primer lugar debes mostrarte firme y seguro de ti mismo. Como cualquier perro, el beagle tomará el puesto de líder si ve que tú no eres lo bastante “digno”. Él necesita alguien que lo dirija con firmeza, pero eso no significa que debas golpearlo ni gritar; de hecho, es contraproducente. No, debes ser sobre todo consecuente, y jamás des tu brazo a torcer. Utiliza golosinas para perros para enseñarle los trucos que te interesen. Como raza, el beagle tiene mucha energía, como ya he dicho, y eso es algo a tener en cuenta: debes cansarlo mucho. Dale largos paseos, juega mucho con él. También es bueno que lo alientes a rastrear cosas, está en su naturaleza utilizar la nariz para todo. Esconde una golosina y haz que la busque. Podrías enseñarle a buscar y traer todo tipo de cosas si lo ahces correctamente: ¡incluso podrías hacer que tu querida mascota te traiga las zapatillas cuando vuelvas del trabajo! Eso sí, si no te molesta que estén un poco baboseadas.

Por supuesto que la educación de un perro no es un camino de rosas. La gran energía de un beagle también lo puede volver frenético. Es posible que tenga dificultades para prestar atención, así que debes encontrar aquello que más le guste y tentarlo con ello. Si son golosinas de un sabor concreto, ¡a por ellas! Si es un juguete, úsalo. Experimenta con distintos “cebos” para atraer toda la atención de tu perro y que no se distraiga. Si sigues mis consejos apuesto a que conseguirás educar a tu beagle sin mayores dificultades.